historias
En el año 2003, el Gondolín era sólo una pensión para las travestis que buscaban un lugar para vivir y trabajar en Buenos Aires. La vieja casona tenía una sola mano de pintura azul y graves problemas de infraestructura pero era uno de los únicos hoteles que las recibía. Muchas llegaban de sus provincias con duras historias de discriminación a cuesta y encontraban en ese lugar un refugio y un espacio de identificación. La comunidad que se empezó a crear en ese momento derivó en los que sería luego la asociación civil “el Gondolín” y el hotel como un espacio de lucha y reivindicación travestis.